Te invito a conocer los sabores tradicionales e innovadores de Noruega.
Degustar recetas, visitar productores locales y ferias gastronómicas también es una manera de viajar y conectar con la historia del país.
Luego de muchos años de trabajar con huéspedes de diferentes edades y nacionalidades puedo afirmar que a quien le gusta viajar, le gusta comer y beber.
Viajar es conectar con todos los sentidos sin lugar a dudas, por lo que mi recomendación es que si visitas Noruega, indistinta la época del año, no dudes en incluir paradas gastronómicas en tu itinerario.
Sabores locales: conociendo la gastronomía noruega.
Si googleas la comida tradicional escandinava, puede que te encuentres con platos que impactan un poco: smalahove (cabeza de cordero asada), brunost (queso marrón) o fårikål (estofado de cordero).
Pero tranquilos, hay varias alternativas e incluso vegetarianas en todas las ferias gastronómicas del país.
Es importante entender que como toda gastronomía local, los ingredientes y formas de cocción siempre están relacionados a las condiciones climáticas, geográficas y contextos socio-culturales.
Cuando hablamos de recetas tradicionales siempre debemos considerar que se crearon en base a funciones alimentarias más que a presentación o gustos modernos.
En el caso de Noruega, el 90% de su población vive en regiones costeras, por lo que los mariscos y pescados son protagonistas de muchos platos tradicionales.
Además del salmón mundialmente conocido, y la caballa, insignia del sur de Noruega, el bacalao fresco (skrei) es uno de los ingredientes preferidos por los locales, ya que su carne es firme y magra.
La mejor época del año para degustar la pesca fresca es el comienzo de la primavera (abril – mayo) que además marca el inicio del calendario de muchos eventos gastronómicos en las ciudades costeras.
Cangrejos, centollas, mejillones, langostas y erizos son otros de los ingredientes típicos en estas regiones del país donde su recolección forma parte de los oficios que se traspasan de generación en generación.
Sin embargo, las montañas proveen sabores fuertes y más salvajes.
Røros, fue uno de los principales sectores de Noruega en experimentar recetas con productos de la montaña, y actualmente cuenta con más de 30 productores de alimentos locales que se especializan en lácteos, embutidos y carne de reno.
Por supuesto los cultivos estacionales, la cría de animales y la incorporación de carne de caza se debe a la presencia de la cultura Sami en la región.
En contra postura a los destinos costeros, los mercados y festivales gastronómicos de esta región son fuertes durante los meses de invierno.
Como te contaba anteriormente, los sabores se relacionan con la historia y si hablamos de Noruega, hablamos de Vikingos.
Uno de los destinos que visitamos durante nuestra luna de miel fue el Fiordo de Hardanger, accesible desde Bergen y principal escenario de este periodo histórico, por lo que es muy frecuente encontrar cultivos frutales muy cerca de los vestigios vikingos del sector.
Esta región es conocida por ser el epicentro de la producción artesanal de Sidra de Noruega y es muy importante destacar que desde 2011, la etiqueta “Sidra de Hardanger” es una denominación de origen protegida igual que la de “Champagne” en el caso del champán, ya que las variedades de manzanas en los fiordos son tan distintas y numerosas como las de uvas en Francia.
Sin embargo, los vikingos también eran buenos productores de cerveza artesanal.
¿Sabías que noruega produce cerveza desde hace más de 3.000 años?
Gracias a esto, es posible encontrar diferentes producciones a lo largo del país donde sus recetas incluyen frutales propios de cada región, otorgándole identidad a cada una de ellas.
Si visitas o vives en Noruega, es imposible que no te enamores de la bollería tradicional y las diferentes opciones de café.
La obsesión local por las cafeterías es tan profunda que planeo escribir un artículo específico sobre esto, pero si hablamos de sabores noruegos el kanelbolle (en forma de espiral) y kanelsnurr (de lazo) no pueden faltar en la lista.
Tres ingredientes que nos llevan al cielo: harina, azúcar y canela.
Aunque ahora son un elemento fundamental de la cultura, los bollos no se convirtieron en uno de los sabores preferidos del país hasta que el trigo blanco llegó a Noruega en el siglo XIX y se empezaron a instalar hornos en los hogares particulares.
Hoy en día, se convierten incluso en atracciones turísticas como en el pueblo de Lom, donde los viajeros hacen largas filas para comprarlos.
Incluso la bollería marca el calendario festivo.
En el norte del país incluso la bollería se transforma en parte esencial del rito nórdico para darle la bienvenida al verano, allí cuentan con un tipo específico llamado solboller (es decir, bollos con forma de sol). Mientras que en diciembre, a la masas de los boller se le añade azafrán y forma de S, a esta variación se la conoce como Lussekatter y suelen venderse el día de Santa Lucía, el 13 de diciembre.
Cada región del país cuenta con una impronta de sabores y recetas que definen la identidad de su gente, por eso a la hora de armar tu viaje te recomiendo que incluyas paradas relacionadas a los sabores, aunque sea solo un café en la ruta con bollería tradicional.
Si puedes además, coincidir con las ferias y mercados gastronómicos de cada ciudad, para mí siempre vale la pena.
Los viajes memorables se basan en momentos de calidad, de conexión real con la cultura que visitas.
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Te dejo dos buscadores de actividades gastronómicas:
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