Visitamos el Museo del trabajo de Oslo para conocer las mejores historias de la revolución laboral, caminamos por el barrio industrial a orillas del río Akerselva y tomamos un café con wafles en la histórica Hønse-Lovisas hus junto a la cascada de Sagene.
Río Akerselva cuna de mujeres revolucionarias.
La primavera comienza a asomarse por la ventana y Oslo empieza a cobrar vida después del invierno. Los fines de semana se empiezan a llenar de actividades y sin hielo en las calles es posible volver a las caminatas por los diferentes barrios de la ciudad, una de mis actividades preferidas.
Este fin de semana fue el turno de Grünerløkka y el río Akerselva. Caminar por los 8 kilómetros de rivera es una de mis actividades favoritas en primavera y en la medida que los dias se hacen más largos y calurosos, esta parte de la ciudad siempre es refrescante.
Una de las grandes ventajas es que se puede llegar en Tranvía (11-12-18) o Bus (54) a la parte superior del trayecto y luego bajar caminando hasta el centro con mucha tranquilidad (50 minutos). No sólo encontraras fauna en el río como peces y patos, sino que también serás testigo de obras de arte a cielo abierto, arquitectura clásica industrial, moderna y una gran oferta de cafeterías de autor y patios de comidas internacionales como Mathallen al llegar al sector de Vulkan.
Este sábado, y dando por inaugurada mi temporada de caminatas, fue el turno del sector industrial de Oslo, uno de mis preferidos.
Calles de adoquines, edificios industriales hoy convertidos en oficinas y negocios, el sonido de las cataratas del río Akerselva y grandes espacios verdes, te transportan a otro tiempo, se siente a veces como caminar por un set de filmación de una película de época.
Desde Jernbanetorget tomé el tranvía 11 y bajé directamente en Biermanns gate, para caminar unos 300 metros hasta el Museo Laborista de la ciudad de Oslo, donde su personal me recibió de maravillas y la exhibición sobre las pioneras de la industria textil es realmente buena y te invita a conocer en profundidad los diferentes edificios emblemáticos que encontrarás a lo largo de la rivera.
MUSEO DEL TRABAJO
La revolución industrial en Noruega tuvo lugar a orillas del río Akerselva desde mediados de la década de 1840. En Sagene y Nydalen se establecieron las primeras fábricas textiles del país por lo que todas las construcciones tanto de fabricas como de viviendas para los empleados, aun forman parte de la arquitectura del sector.
Chicas de fábrica y pioneras industriales.
Un empresario, una doncella, una trabajador de una fábrica y un agitador político cuentan la historia de la revolución industrial en Oslo y Sagene mientras recorres el museo.
Aunque las cuatro personas desempeñaron papeles importantes a su manera, su trabajo fue muy diverso. Representan diferentes ámbitos de la vida y diferentes aspectos del apogeo industrial y su historia, lo cual vuelve la exhibición aun más interesante, incluso encontrarás diferentes anécdotas de sus protagonistas.
Tal es el caso de “LA HISTORIA DEL SOMBRERO”, un articulo que encontrarás en el museo y que perteneció a Harriet Kristine Hansen (1898-1977), una de las empleadas de la fábrica textil Hjula Væveri y Kari, su nieta, es la encargada de relatarnos como este sobrero se volvió el predilecto de Harriet.
Resulta que su abuela había encontrado un sombrero de ala con pluma en una sombrerera de la ciudad, pero cuando quiso comprarlo, la vendedora simplemente la miró y le dijo: Es un artículo muy costoso, ¡y se paga en efectivo!
Harriet sentía que no se le permitía elegir ese sombrero en particular porque era una chica de la fábrica, pero ella tenía una cosa segura: no permitiría que otras personas decidieran lo que podía hacer y qué tipo de sombrero podía usar.
Empezó a ahorrar dinero y un día volvió a la tienda para enfrentar a la vendedora grosera. Señaló su sombrero, pagó en efectivo y salió a la calle con orgullo, con su sombrero y su dignidad. Kari recuerda que esta era una de las anécdotas preferidas de su abuela y una de las que más la enorgullecía.
"LA CAJA DEL OCIO"
Dentro de la muestra, encontré otra pequeña caja que vale la pena resaltar en este artículo y es la del “Ocio”.
Llamada 8x3=24 muestra mazos de carta, patines, zapatos de baile y simboliza la ecuación de la revolución laborista: 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar y 8 horas al día para disfrutar de las actividades recreativas de la vida e incluso para conectar con las emociones. Ir a la iglesia, reír, llorar o caminar junto al río y escuchar los pájaros era el tiempo en el que los trabajadores conectaban con su propia escancia.
Info Museo del Trabajo (link aquí)
Luego de recorrer el museo y las calles empedradas, cruce el puente nuevamente para un descanso.
Hønse-Lovisas hus es uno de los lugares más acogedores que conozco, tal vez porque soy fan de las chimeneas encendidas y la decoración de las cafeterías Anne på Landet (Frognerparken y Hvervenbukta) con el gallo característico de todas ellas.
En este caso, Hønse-Lovisas hus cuenta su propia historia ya que fue construida a principios del siglo XIX como residencia del operador principal del aserradero adyacente y ahora forma parte del Museo del Trabajo como edificio histórico.
Su increíble terraza junto a las cascadas del Akerselva, es el mejor lugar para disfrutar de una copa de vino o una cerveza fresca durante el verano de Oslo, y sin dudas el interior equipado con muebles de madera y candelabros la convierten realmente en un lugar acogedor el resto del año.
Y cómo último dato, recuerda que los domingos a muy pocas cuadras del museo podrás encontrar el Søndags Markedet (mercado de domingos) en Grünerløkka (ubicación aquí).
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